Ahlan wa Sahlan

Un paralelo es un invento moderno a priori inofensivo, una forma de dividir la tierra en sectores para delimitar zonas. Pero a veces se convierte en algo más, una forma perversa de dividir territorios, una excusa para separar a la gente. Aún a riesgo de simplificar, así fue cómo el paralelo 38N se convirtió en la linea divisoria entre las dos coreas, una frontera marcada por una línea imaginaria. El 32N no es una frontera ni un muro propiamente dicho, esta vez no fue necesario porque ya hubo una mano de pulso firme que con un lápiz verde separó la tierra. Hoy esa línea está marcada con kilos y kilos de hormigón y piedra que separan zonas, bloquean sueños, aíslan a personas.

Os invitamos a escuchar los susurros que se escapan entre el hormigón...


sábado, 16 de abril de 2011

Ramón Grosfoguel II

Seguimos con la serie de tres partes de la que se compone este articulo de Ramon Grosfiguel, titulado Derechos Humanos y antisemitismo depués de Gaza. Es esta parte, la segunda, Ramón hace un reflexión sobre el antisemitismo de ayer, hoy y mañana...


Derechos humanos y antisemitismo después de GAZA (2ª Parte)




II. GAZA Y ANTI-SEMITISMO




Es simplemente imposible hablar de anti-semitismo estos días, sin hacer mención a la historia cristiana de Europa, el Sionismo y la formación del estado de Israel en 1948.

Durante siglos, el pueblo judío fue victima del antisemitismo. Antes  y después de 1492, el antisemitismo estaba unido a la Islamofóbia. El antisemitismo ha tenido dos componentes desde sus únicos: el “antisemitismo anti-judíos” y el “antisemitismo anti-árabes”. La Monarquía Católica Española, como una de las fronteras cristianas de Europa con el mundo musulmán, lucho para reconquistar el lado Islámico de España, mas conocido como Al-Andalus (Kennedy 1997). En 1492, cuando finalmente los Reyes Católicos doblegaron las fuerzas de Al-Andalus, expulsaron a los Judíos y los Árabes fuera de la Península Ibérica no sin pogromos y masacres (Baer 1993; Gerber 1992, Bresc 2001). El antisemitismo de aquellos días incluía a los Árabes Musulmanes. El adjetivo de “semítico” hacia referencia a la gente que provenía de lo que hoy llamamos Oriente Medio, e incluida tanto a Árabes como Judíos.

Después de que la Monarquía Cristiana conquistara la España Islámica, los judíos andaluces se exiliaron al norte de África y al Imperio Otomano como refugiados de las atrocidades que la Monarquía Católica llevaba a cabo en Al-Andalus. Es importante decir que los judíos andaluces, encontraron una casa en estos Territorios Musulmanes, de forma similar a la que lo habían hecho antes en Al-Andalus, en la parte sudeste de lo que hoy llamamos España. (Melocal 2003; Lowney 2005). La mayoría de los regímenes musulmanes existentes de aquella época, reconocían derechos a las minorías judías y los trataban con dignidad, en contraposición de cómo lo hacían en la Europa Cristiana. (Ernst 2003; Kramer 2006).
Sin asumir un punto de vista romántico del pasado, por lo menos hasta la formación del Estado de Israel en 1948, los Árabes y los Judíos vivieron juntos y en paz durante siglos, tanto en Tierras Árabes como en Al-Andalus, lo que demuestra la historia de coexistencia pacifica entre Musulmanes y Judíos. Aunque existieron conflictos en este periodo histórico, no constituyeron una exterminación judía ni pogromos (Stillman 1979).
Los pogromos antisemitas, la exterminación, la tortura y las masacres contra los judíos son fundamentalmente una costumbre de la Europa Cristiana. Como Carl W. Ernst afirma: Los judíos y los musulmanes han tenido normalmente mejores relaciones entre ellos en los tiempos premodernos que cualquiera de estos dos grupos hayan tendido nunca con los Cristianos;  Es solo desde el establecimiento del Estado de Israel que los Judíos y Musulmanes se han convertido en antagonistas. (Ernst 2003: 13)

Las Soluciones Finales de la Europa Cristina.
La Monarquía Católica Española, comenzó la expansión colonial europea en 1492, al mismo tiempo que expulsaba a los Árabes y Judíos de Al-Andalus (Dussel 1994). La colonización de los pueblos indígenas en las Américas y la esclavitud de los Africanos como base de la economía de las plantaciones coloniales del Nuevo Mundo, inauguró lo que hoy se conoce como el Mundo Moderno”. La nueva división racial del trabajo internacional, se configuro sobre una base racista/colonial anti-negros y anti-indígenas, quedando inaugurada la “modernidad”  (Quijano 2000). Los Indígenas y Africanos fueron colocados por debajo de la línea por la que se define lo Humano. (Maldonado-Torres 2005, 2006, 2008).  Fueron tratados y clasificados como subhumanos o simplemente no-humanos (Quijano 1991, 2000; Dussel 1994; Gordon 2008). Con el surgimiento de esta nueva economía racial, el anti semitismo y la islamofóbia, como forma particular de discriminación contra los pueblos semíticos en Europa, adquirió nuevas connotaciones. Si antes de 1492 el “antisemitismo anti-judío” y el antisemitismo anti-árabe/musulmán” fueron definidos sobre las bases de una discriminación religiosa (“rezaban al Dios Equivocado”), con el racismo  anti-negro y anti-indígena en las Américas, estas viejas formas de discriminación adquieren nuevos significados (Maldonado-Torres 2005, 2006, 2008). El racismo Anti-Negro llegó a ser parte de la fundación de la Modernidad y afectó a todos los sujetos No-europeos de la época (Gordon 1995). Con el “Efecto Boomerang” (Cesaire 2001), el racismo colonial de las Américas vuelve a Europa y redefine las Viejas formas de discriminación contra los Árabes, Gitanos y Judíos, convirtiéndolos, al igual que los negros o los indígenas, en subhumanos o simplemente no-humanos (Grosfoguel y Mielants 2006).

Durante siglos, los judíos de Europa sufrieron la pesadilla del antisemitismo. Eran reprimidos, torturados, perseguidos y asesinados. El Holocausto representa una de las más extremas formas de Solución Final Europea, pero no fue la única que se produjo en ese momento. Otra “Solución Final” antisemita, contemplada primero por los Nazis, pero desarrollada por el Imperio Británico, fue la transferencia de los judíos europeos fuera de Europa  (Segev 2001).
Teniendo el Imperio Británico el control colonial de Palestina, la tierra sagrada de los judíos, los cristianos y los musulmanes, comenzaron después de la Declaración Balfour y con el apoyo del Movimiento Europeo Sionista, un movimiento de exportación masivo de judíos europeos a lo que es definida por las religiones monoteístas como Tierra Santa. (Segev 2001; Gerber 2006; Pappe 2006). Esto comenzó un proceso de ocupación que el Sionismo, como forma de nacionalismo judío de Europa, transformo en colonialismo. (Piterberg 2008).

Los judíos europeos reprodujeron en Palestina, con las bendiciones del Imperio Británico, las formas clásicas de  ocupación colonialista europea.
Los judíos palestinos quienes disfrutaban de plenos derechos cuando el Imperio Otomano controlaba Palestina (Greber 2006), se opusieron completamente a la ocupación Británica de Palestina y a las aspiraciones sionistas de los judíos europeos de formar una nación exclusivamente judía en Palestina (Hart 2007). El proyecto Sionista de formar un estado judío, era básicamente un proyecto de los judíos europeos que llevaron los métodos de ocupación colonialista a Palestina. La formación del Estado de Israel, fue hecha basándose en el racismo y las masacres contra palestinos (cristianos y musulmanes) para echarlos de su tierra (Masalha 2005; Hart
2007a; Piterberg 2008).

“Limpieza Étnica” Es el término que usan la nueva generación de historiadores israelíes para describir las políticas israelíes hacia los Palestinos. (Pappe 2007). Parafraseando el Discourse on Colonialism de Aime Cesaire (2001), El Hitlerismo como continuación de una ideología racista colonial vuelve, esta vez, a la caza palestinos de la mano de los judíos europeos, quienes irónicamente estaban escapando del Holocausto Nazi.  Israel fue fundado como un proyecto colonial con un discurso de “antisemitismo antisemítico”.
Los judíos europeos establecieron una racista discriminación colonial contra los palestinos, similar a la ocupación colonial de Norte America contras los nativos americanos. Las elites israelíes, nueva identidad de los judíos europeos,  han violado cada tratado y mantenido un sistema de desplazamiento forzoso de los palestinos durante los últimos 60 años con el fin de establecer colonias y ocupar sus tierras. (Masalha 1992; Hart
2007b; Pappe 2007).

La incorporación de los judíos europeos como “Blancos” en la mayoría de las ciudades de Occidente después de la II Guerra Mundial (Brodkin 2000) y el uso de Israel, como bastión militar pro-Imperialista de occidente en el Medio Oriente (Chomsky 1999),  hace que el proyecto colonial israelí se sitúe directamente en el centro de la Hegemonía Estadounidense y la Supremacía Blanca Mundial. Una triple alianza mundial ha sido construida entre la Europa Blanca y las elites Blancas Euro-Americanas con las elites judías pro-sionistas americanas y europeas en Occidente y los colonos judíos Americanos y Europeos en Palestina. Occidente bendice a Israel, lo legitima, financia y da luz verde al colonialismo de ocupación y sus atrocidades en Palestina.
GAZA hoy es la trágica consecuencia de la historia de este colonialismo.

GAZA Y ANTISEMITISMO MUNDIAL

También es imposible hablar de antisemitismo hoy sin tener en cuenta la trasformación de los judíos europeos, que han pasado de ser un sujeto racial a ser simplemente “Blancos” en la Europa occidental y en Norte America y tampoco sin tener en cuenta la trasformación de Palestina en un estado colonialista exclusivamente judío. Con la incorporación de los judíos europeos como Blancos hay una importante reducción del “antisemitismo anti-judío” en occidente y a lo largo del mundo. En contraste, la otra forma de racismo que constituye el “antisemitismo anti-árabe” es parte común del sentir de Occidente. La reciente incorporación de los judíos europeos y americanos al grupo de “Blancos” tiene importantes consecuencias (Ernst 2003: 11-12). ¿Se imaginan cual sería la reacción en Occidente si cualquier Estado Árabe hiciera a la población judía lo que Israel está haciendo a los Palestinos? ¿Cuál sería la reacción si un Estado Árabe masacrara judíos como los Israelíes masacran palestinos en Gaza? ¿Cual sería la reacción de Israel, la Comunidad Europea y los Estados Unidos si un estado europeo nombra a un Ministro como el Israelí Lieberman que pide la expulsión de todos los Palestinos de Israel y este llama a la expulsión de todos los Judíos de su país?
En cualquier caso, es importante decir que los judíos-palestinos bajo el Imperio Musulmán Otomano tenían más derechos civiles, democráticos y políticos (Gerber 2006) de los que los palestinos, musulmanes y cristianos tenían durante la ocupación colonial británica y bajo el estado colonialista Israelí de los últimos 60 años. Por otra parte, el estado exclusivo judío, está más cercano a una republica de Apartheid que a una verdadera republica democrática.

Sin embargo, las elites neo-conservadoras en Estados Unidos y Europa Occidental  (Taguieff 2002; Iganski 2003) definen la “judeofobia” y el “antisemitismo anti-judío” como la principal forma de racismo en el Occidente de hoy, con el fin de culpar, de una forma perversa, a los árabes y musulmanes y ocultar las principales formas de racismo blanco que son mayoritariamente “anti-negros” y “antisemitismo anti-árabe/musulmán”. Ofreciendo los puntos vista árabes/musulmanes más críticos con Israel, y asociando estas criticas al estado Sionista con Antisemitismo, la elites racistas blancas desarrollan una estrategia de “mala fe” (Gordon 1995) donde las principales victimas de racismo son acusadas de ser los mayores racistas. Algo perverso, al menos, en un contexto donde el racismo blanco se manifiesta sobre todo como “anti-negro” y “antisemitismo anti-árabe/musulmán”

La misma lógica perversa ocurre hoy en el conflicto Israelí-palestino, donde los colonos acusan a los palestinos de antisemitismo mientras el antisemitismo anti-árabe/musulmán del Sionismo es silenciado.
Algunos elites judías euro-americanas que disfrutando de los privilegios de ser “Blancos” en la jerarquía Étnica/racial de occidente, usan su posición de poder para movilizar un apoyo poco critico de occidente para con Israel y lograr así una impunidad para sus crímenes. Los judíos de todo el globo pueden llegar a Palestina y tener acceso a la tierra, mientras que los refugiados palestinos no pueden regresar y aquellos que viven en Palestina son ciudadanos de segunda clase o simplemente parias en su propia tierra.

El “antisemitismo anti-judío” y el Holocausto han sido manipulados, exagerados e instrumentalizados por la ocupación colonialista Israelí desde su fundación en 1948 hasta hoy día, para justificar su dominación, extensión y terror colonial (Finkelstein 2008). El estado de Israel es el principal agente responsable de la banalización de la critica antisemita, acusando a todos los que critican al estado Sionista de antisemitas (Balibar, Brauman, Butler, and Hazan 2003; Finkelstien 2008). Este argumento instrumentalizado, trivializa la situación real del antisemitismo y reduce la credibilidad del discurso antirracista contra el antisemitismo en todo el mundo. (Ibid.).
¿Desde cuando las criticas a las políticas del estado son equivalentes a ser racista contra su población? ¿Desde cuando criticar el militarismo imperial de los Estados Unidos es equivalente a ser anti-americano? ¿O criticar el estado de México es visto como ser anti-mexicano?
Esta forma de equiparar la identidad del estado con su población es típica de todos los nacionalismos. Lo que si es particular de la retórica nacionalista del Sionismo, no es solo el intento de asociar las criticas a Israel con el sentimiento anti-nacional, anti-israelí (lo cual es ya de hecho muy nacionalista) si no que la retórica racista establece una equivalencia entre las criticas al estado de Israel con el antisemitismo. Israel banaliza el antisemitismo desarrollando una acusación sistemática de antisemita a cualquier critica al Estado de Israel. Esto ha creado una compleja y extendida situación donde el “antisemitismo anti-judío” es banalizado por unos y exagerado por otros, mientras el “antisemitismo anti-árabe” es permitido, aceptado y fomentado en occidente en el nombre de la lucha contra la violencia y el terrorismo antisemita.

Si entendemos el racismo anti-árabe como una forma de racismo anti-semita, los principales ideólogos de este “antisemitismo antisemita” son los intelectuales pro-sionistas, israelíes y no israelíes. (Masalha 2007; Spector 2008; Finkelstein 2008). Esto ha creado una situación donde la expresión real de “antisemitismo anti-judío” es banalizada por mucha gente y donde las viejas formas de “antisemitismo anti.-judío” son recicladas para describir las atrocidades israelíes.
Por ejemplo, slogans como “Hamas, Hamas: Jewish to the gas” en las manifestaciones antisionistas en la Europa de hoy, deben ser motivo de preocupación para los movimientos anti-coloniales, anti-imperialistas y anti-racistas. Es verdad que esto es una minoría dentro del movimiento anti-sionista, sin embargo no podemos subestimar el retorno del racismo antisemita anti-judío”. El viejo antisemitismo está volviendo con fuerza en reacción a la limpieza étnica que está llevando a cabo Israel contra los palestinos. El “antisemitismo anti-judío” es un error, no importa de donde venga ni cuales sean las causas de su regreso. Una minoría de cristianos blancos europeos, está otra vez repitiendo el viejo racismo antisemítico y oprimiendo  a grupos como los árabes, incluso si son una pequeña parte de su propia comunidad, y están también reproduciendo los viejos estereotipos hacia el pueblo judío.

Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre la población judía  y el estado sionista. Por un lado, la pretensión sionista de representar a todos los judíos, esta muy lejos de ser así y constituye una manipulación política.  Pero eso no justifica el uso de retóricas racistas incluso si estos grupos son grupos opresores. Por el otro, la justificación sionista al más puro estilo nazi, de la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad cometidos por Israel en Palestina y más recientemente en Gaza usando el “antisemitismo anti-árabe” y acusando a los que critican a Israel de antisemitas, ha creado un escándalo global y en algunos casos reacciones de “antisemitismo anti-judío”

Por otra parte, las resoluciones del Congreso de Estados Unidos de respaldo al derecho de Israel a la legitima defensa mientras que la matanza israelí de palestinos estaba en curso, contribuye a la impunidad que tiene Israel para reproducir el racismo abierto contra los palestinos como personas y situándoles en lo que Fanon define como “vivir en el infierno” o el “área de no ser” (Gordon 2006).

Las atrocidades israelíes son justificadas bajo la llamada lucha contra el fundamentalismo islámico. Las recientes masacres en Gaza son justificadas en el nombre de la lucha contra Hamas.
Con la muerte de Sadam Hussein en Iraq bajo ocupación estadounidense, el nuevo enemigo del sionismo de hoy es Irán. Hizbullah (o Hezbollah) y Hamas son vistos simplemente como una creación de Irán. El papel que ha jugado o juega Irán en el crecimiento y/o continuidad de estas organizaciones no es más significativo que el rol que juega Occidente en la creación y continuo apoyo  del Estado de ocupación colonial de Israel. Irán apoya, pero no creó ni a Hezbolah ni a Hamas. Ellos surgieron como resultado del colonialismo en la región.
Ahora la pregunta es: ¿Qué es fundamentalismo?

                                           Traducido por Paralelo 32N para Paralelo 32N

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