Ahlan wa Sahlan
Un paralelo es un invento moderno a priori inofensivo, una forma de dividir la tierra en sectores para delimitar zonas. Pero a veces se convierte en algo más, una forma perversa de dividir territorios, una excusa para separar a la gente. Aún a riesgo de simplificar, así fue cómo el paralelo 38N se convirtió en la linea divisoria entre las dos coreas, una frontera marcada por una línea imaginaria. El 32N no es una frontera ni un muro propiamente dicho, esta vez no fue necesario porque ya hubo una mano de pulso firme que con un lápiz verde separó la tierra. Hoy esa línea está marcada con kilos y kilos de hormigón y piedra que separan zonas, bloquean sueños, aíslan a personas.
Os invitamos a escuchar los susurros que se escapan entre el hormigón...
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