Hoy nos hemos dedicado a traducir esta entrevista, que, bajo nuestro punto de vista, nos resulta muy interesante, ya que muestra, no solo que no todos los israelíes son el demonio, si no que desmiente que no se haya conseguido nada en todos estos años de lucha. Si bien queda mucho por hacer y las situaciones que se siguen dando a uno y otro lado del muro son del todo inaceptables. Os proponemos la lectura de esta entrevista en la que el profesor Ilan Pappé es interrogado por Frank Barat, coordinador del Tribunal Rusell para Palestina. En ella encontrareis puntos de vista distintos quizá a los que hayáis leído hasta el momento, por lo que su lectura resultará si cabe más enriquecedora...
Replanteando el conflicto Palestino-Israelí
“Israel no es una democracia” dice el profesor, historiador y activista político israelí, Ilan Pappé en esta entrevista con Frank Barat, coordinador del Tribunal Russell para Palestina.
Algunos hechos extraordinarios están teniendo lugar en el mundo árabe desde hace unos meses. Gente en Egipto, Túnez, Marruecos y Yemen han tomado las calles para protestar contra la represión, la corrupción y la falta de oportunidades y acceso a la educación. Algunos de estos movimientos han conseguido deshacerse de sus dictadores respaldados por occidente. Un amigo ha denominado este momento como “el segundo paso del proceso de descolonización”. ¿Cual es tu visión de todo esto?
Estoy de acuerdo con el término de “Segunda fase de la descolonización” o “segunda fase post-colonial”. Es un término muy preciso para describir lo que se está viviendo allí.
Lo que está ocurriendo ahora, no es solo la afirmación de la dignidad del mundo árabe; se trata de un momento decisivo para occidente y sus actitudes colonialistas. En segundo lugar, estamos hablando siempre de un proceso en movimiento. Vemos a Libia como un doloroso recordatorio de que no será tan fácil como lo ha sido en Egipto. Tampoco está claro que en Egipto ya se haya acabado, pero aporta mucha esperanza.
Es la primera vez, que recuerde, en toda mi vida que vienen buenas noticias del mundo Árabe. Es un momento de no retorno debido sobre todo a que se siente la energía positiva que viene de allí. Como historiador, pienso que un momento de no retorno no significa que inmediatamente se tenga la clase de bienestar que se desea. Significa que tienes que estar alerta, que habrá muchos poderes y actores, incluido Israel, que harán lo posible para que este momento desaparezca. Por ello, no podemos ser meros observadores, tenemos que seguir activos. Cada uno de nosotros, a su manera, debe ayudar a que estas revoluciones tengan lugar. Es un dramático y fantástico momento, el cual a la larga traerá efectos muy positivos para Palestina.
¿Hay una implicación global en la revoluciones del Mundo Árabe? ¿Tienen Israel y los EEUU razones para sentirse amenazados?
La implicación global ha transformado la forma en que los académicos, periodistas o políticos esquematizan la sociedad, la forma con la que la describen, dividiéndola en dos actores o factores: los activos, que pueden cambiar la realidad, y los que son beneficiarios y no pueden cambiarla. Esto ha cambiado. Ahora ellos pueden tener más poder económico, político o militar, pero hay procesos que no pueden controlar.
Esto no es sino un duro golpe a la forma de ver el mundo a través de los ojos de las elites de occidente, lo cual es una buena noticia.
En EEUU, donde hay mucha gente importante que apoyó a Israel para que los guiaran en sus políticas en oriente Medio, están aterrorizados. He estado en Israel varias veces mientras las revoluciones comenzaban y puedo decir que hay un pánico real. Saben que su arsenal de poder y diplomacia es inútil para hacer frente a lo que está pasando en el mundo Árabe. Tienen miedo por que sienten que si la democracia aparece a sus puertas y alrededor de ellos, no podrán seguir vendiendo la fábula de que son la única democracia de Oriente Medio. Ellos, de hecho, podrían ser tachados como otro régimen dictatorial más.
Esto podría llevar a un nuevo pensamiento americano, a un cambio en la manera de pensar de América. A los ojos de muchos Israelíes, sería el equivalente al final de Israel como lo conocemos.
Como Coordinador del Tribunal Russell para Palestina, estoy preparando la próxima sesión del tribunal que se celebrará en Sudáfrica y en la que se hablará acerca del crimen de Apartheid en relación con Israel. Para muchos, Israel es una democracia, por que todo el mundo puede votar y los árabes están representados en la Knesset. Entonces, ¿Es Israel una democracia?
No, definitivamente no, Israel no es una democracia. Un país que ocupa a otra gente durante más de 40 años y no les permite los más elementales derechos civiles y humanos, no puede ser una democracia. Un país que aplica una política discriminatoria contra una quinta parte de sus ciudadanos palestinos dentro de las fronteras de 1967, no puede ser una democracia.
De hecho, Israel es lo que en ciencias políticas llamamos una herrenvolk democracy democracia solo para los poderosos. El hecho de que se permita a gente participar en el aspecto formal de la democracia, a saber, pudiendo votar o ser elegido, no tiene sentido si los discriminas, o no le das ninguna participación en el bien común o en los recursos comunes del estado. En casi todos los niveles – desde la legislación oficial pasando por las prácticas gubernamentales y las actitudes culturales- Israel es solo una democracia para un grupo étnico, el cual, dado el espacio que controla ahora, ni siquiera es un grupo mayoritario. Así que creo que le resultará muy difícil usar cualquier definición conocida que se pueda aplicar al caso de Israel.
Cual es tu nacionalidad, Ilan?
No tengo una nacionalidad clara. Tengo una ciudadanía, soy ciudadano de Israel. Curiosamente, también tengo una nacionalidad europea puesto que la segunda generación de judíos europeos, tenemos derecho a tener un pasaporte europeo, que no es equivalente a la nacionalidad.
Me gusta pensar en mi mismo como un miembro de una potencial nueva nación que emergerá en el futuro estado laico y democrático de Israel, el cual sería una combinación de una sociedad hecha por la tercera generación de los colonos que llegaron a Palestina a finales del siglo XIX y la población nativa indígena. Para cuando esto ocurra la gente puede seguir definiéndose a ella misma en términos nacionales o no, no lo sé y no me importa. Yo siento que soy parte de una comunidad colonizadora que pretende ser una comunidad nacional por ella misma y ser reconocida como tal, como Australia o Nueva Zelanda. Pero la que hay ahora, es la única identidad nacional que se me permite, la rechazo y me gustaría trabajar por algo mejor para mí y para los demás.
Para mucha gente el conflicto palestino-israelí es debido al holocausto y al hecho de que los judíos de Europa encontraran un sitio donde vivir donde sentirse seguros. Los primeros judíos que llegaron a Palestina, comenzaron a diputarse la tierra entre ellos y con los habitantes indígenas, los palestinos. Esto lleva siendo así desde hace más de 60 años. ¿Es de esto de lo que va el conflicto?
No, no, definitivamente no. El conflicto no tiene que ver con el holocausto. El holocausto es manipulado por los Israelíes para mantener el conflicto en su propio interés. El conflicto es la simple historia de los colonos europeos del siglo XIX, motivado por todo tipo de ideas; la idea dominante fue que ellos necesitaban seguridad por que en Europa no la tenían, y que ésta fue su tierra ancestral. Esto ya ha pasado antes – éste no es el único lugar donde la gente ha tenido estas raras ideas y han vuelto después de 2000 años y han reclamado algo que se supone que era suyo.
Como no fueron pocos los poderes imperiales dispuestos a apoyar este proyecto de colonización, se logró poner en pie y se empezaron a comprar tierras. Ellos explotaron un régimen de tierra con el que compraban la tierra a gente que realmente no le pertenecía y expulsaban a la gente que realmente la cultivaba. Pero incluso esto no fue un éxito. Como usted ya sabe, cuando el Mandato Británico terminó, el movimiento sionista no consiguió comprar ni el 7% de Palestina; aun recurriendo a un número de refugiados, después del holocausto, que no fue tan impresionante. La comunidad judía en el mundo prefirió ir a Inglaterra, Estados Unidos o quedarse en Europa a pesar del holocausto. Solo una minoría muy pequeña vino a Israel, y es por eso que, contrariamente a sus primeros deseos, el movimiento sionista decidió traer judíos del mundo árabe y desarabizarlos para que ellos llegaran a ser judíos y no se identificaran con al población árabe.
Así que el conflicto trata sobre un movimiento colonialista, que, debido al holocausto, consigue no parecer colonialista a ojos de un mundo al que ya no le gusta el colonialismo; se están usando todo tipo de medios y alianzas para continuar la colonización, la limpieza étnica y ocupar. Pero es una atrocidad incompleta. El sionismo es una atrocidad incompleta contra los palestinos. Si hubiera sido completa como la de los blancos en Australia o Nueva Zelanda, no estaríamos hablando hoy de conflicto. ¿Porque es incompleta? Debido a la firmeza y resistencia de los palestinos.
En pocas palabras: un proyecto colonial tratando de completar su plan, y un pueblo indígena resintiéndose. Esto seguirá siendo un conflicto a menos que se descolonice Palestina y se avance hacia una etapa post-colonial en este lugar.
Usted ha sido un activista por los derechos humanos durante muchos años, luchando en todos los frentes para ayudar a los palestinos. Pero desafortunadamente, poco se ha conseguido: cada día se siguen robando tierras, muriendo personas, destruyendo casas y la comunidad internacional premia a Israel por esto. Entonces ¿Cuál es el camino a seguir por los palestinos y sus partidarios?
Necesitamos tener una visión más amplia de los logros y los fracasos. Yo no creo que todo haya sido un fracaso. La comunidad palestina actual en el West Bank y la Franja de Gaza, así como la comunidad palestina residente en Israel, no se agrieta, eso está claro. La política de Israel, sea la que sea, no puede contemplar otra limpieza étnica, eso es muy importante de entender.
En Segundo lugar, creo que algo ha cambiado en la opinión pública, no ha sido traducido en políticas, pero podemos estar viviendo un momento decisivo para Palestina sin saberlo. Por lo que me gustaría tener una visión más equilibrada acerca de los éxitos y los fracasos. Sin embargo, estoy de acuerdo en que necesitamos una estrategia clara a seguir. Hay tres cosas que me gustaría de manera resumida señalar.
Uno de ellos es que necesitamos una mejor comprensión acerca de la distribución de los trabajos dentro y fuera. Es decir, el sistema polito palestino debe actuar en conjunto en términos de representación, unificación y demás; los movimientos de solidaridad no deben tratar de remplazar a éste en cuestiones de representación, si no que debe concentrarse en convertir a Israel en un estado paria, algo que creo que es muy importante para hacer avanzar las cosas.
En Segundo lugar, tenemos que cambiar el diccionario. Debemos dejar de hablar sobre el proceso de paz, debemos abandonar la idea de una solución de dos estados; en mi opinión, debemos volver a hablar acerca del colonialismo, anticolonialismo, cambio de régimen, limpieza étnica, y reparaciones a largo plazo. Se trata de todo tipo de frases que son aplicables a la situación de Palestina, pero que por la propaganda Israelí y el apoyo de Estados Unidos, no se utilizan. Tenemos que asegurarnos de que los medios de comunicación y la academia, pero sobre todo los políticos las utilicen.
La tercera cosa que tenemos que hacer es aceptar el análisis que dice que el cambio desde dentro no es factible, lo que lleva a preguntarse que tipo de estrategia adoptar si se quiere un cambio desde el exterior. Por suerte, tenemos un muy buen ejemplo. La mayoría de la gente esta pujando por una estrategia no violenta en vez de violenta para el cambio. Esto es bueno porque creo que va a nacer una nueva realidad de la lucha no violenta que va a crear una mejor relación en el momento de la reconciliación. Mientras que si se gana la liberación a través de la violencia, sabemos por otros casos históricos, que la sociedad nueva será violenta en si misma.
Así que creo que hay mucho por hacer, y lo bueno de esta época es que hay muchas cosas que cada uno podemos hacer como individuos, sin olvidar nunca las organizaciones, y también las viejas instituciones, especialmente en el caso de la represtación palestina. No siempre hay que reinventar la rueda, tan solo engrasarla y asegurarse de que vuelve a funcionar como lo hizo en el pasado.
Puedes ver el video complete de la entrevista here. .
- Traducido por Paralelo 32 para Paralelo 32.-
Al-Ustadh... (el profesor...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario